REFLEXIÓN....

La negativa a ofrecer la Custodia Compartida sin acuerdo de los padres se basa en el principio de proteger al menor. ¿Cree usted que la custodia monoparental sin acuerdo le protege mejor?

lunes, 30 de junio de 2008

Comunicado – Nota de prensa de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPIINA)

http://www.igualeseintransferibles.org/

lunes 30 de junio de 2008

Nuevo comunicado para campaña de difusión y debate
Transcurridos los primeros cien días de gobierno, ¿qué se ha avanzado en el compromiso con la igualdad de género? Agradecemos que un objetivo prioritario del nuevo Ministerio de Igualdad sea 'acabar con las desigualdades salariales", y estamos de acuerdo con la Ministra Bibiana Aído cuando declara que "la única forma de avanzar en igualdad es involucrando a los hombres". Los objetivos están claros; solo faltan las medidas para alcanzarlos.

La corresponsabilidad de los hombres, sin la que es impensable la igualdad salarial, no se conseguirá con declaraciones de buenas intenciones. ¿Cómo vamos a exigirles corresponsabilidad a los hombres si no se les otorgan derechos sociales para ejercerla?La desigualdad entre los permisos de maternidad y paternidad refleja la concepción de que son las mujeres las que deben ocuparse prioritariamente del cuidado. Es, pues, un residuo del pasado que no refleja los valores adoptados hoy en día por la sociedad. La PPIINA promueve una reforma legislativa que:

- Establezca que los permisos por nacimiento y/o adopción deben concederse a cada progenitor de tal manera que sean INTRANSFERIBLES, DE IGUAL DURACIÓN y CON LA MISMA PARTE OBLIGATORIA.

- Especifique las medidas transitorias necesarias para aumentar progresivamente el permiso de los padres (o del 'otro progenitor') hasta llegar en un plazo razonable a la igualdad, empezando por ESTABLECER DE INMEDIATO LAS SEIS SEMANAS OBLIGATORIAS PARA LOS PADRES (es la parte obligatoria que ya tienen las madres)Esta reforma es asequible económicamente y constituye una inversión muy rentable económicamente para terminar con el despilfarro actual del capital humano de las mujeres y del potencial cuidador de los hombres.

viernes, 20 de junio de 2008

CONSIDERACIONES EN TORNO A LA PERTINENCIA DEL SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL EN LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

Por parte de la Coordinadora de Psicología Jurídica del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos de España, deseamos avalar la conveniencia del análisis de la problemática que se conoce como Síndrome de Alienación Parental en la evaluación psicológica, tanto dentro del ámbito forense del derecho de familia, como de otros relacionados. Los investigadores y los psicólogos muestran gran consenso al considerarlo como una alteración cognitiva, conductual y emocional, en la que el niño desprecia y critica a uno de sus progenitores. Esta conducta y actitud de rechazo y minusvaloración, es injustificada o responde a una clara exageración de supuestos defectos del progenitor rechazado. Para hablar de este síndrome, debe descartarse por completo la existencia de cualquier forma de maltrato o negligencia en los cuidados del niño, asegurándose de que las críticas no se refieran a conductas o actitudes reprochables por parte del familiar rechazado. Como todo avance científico y profesional, está sujeto a continua revisión, pero no puede ser negado 'a priori', cuando existe literatura científica y actividad profesional que lo describe, y reconoce su utilidad.

miércoles, 18 de junio de 2008

ROSA MONTERO. Ellas. El País. 17/06/2008

Verán, a mí me parece que decir miembra es una estupidez y que nombrar a una mujer muy embarazada ministra de Defensa no es una medida feminista. Lo primero, porque la lengua es una sustancia viva que no se puede cambiar a voluntad sin haber cambiado antes el mundo real; la lengua es como la piel de la sociedad y sigue con estrechísima adherencia todas las mudanzas del cuerpo que cubre, así engorde o adelgace: por ejemplo, se está perdiendo la palabra solterona de manera natural, porque se está quedando vacía socialmente. En cuanto a lo segundo, ver a una mujer con un barrigón avanzadísimo teniendo que ir a Afganistán es el colmo de la superwoman, es decir, de esa exigencia machista que obliga a las mujeres a ser diosas y cortesanas y amas de casa y empleadas del mes y madres perfectas, o sea, que las obliga a ser absolutamente todo para poder aspirar a un lugar social mediano que cualquier señor ocupa con la gorra; como me comentaba un día Elvira Lindo, que es madre y sabe de eso, sería más útil reconocer el derecho que las mujeres tienen a una panza y un parto tranquilos, sin que ello les rompa la vida y la carrera.
Pero por otra parte me parece que las críticas que reciben las mujeres ministras no tienen el mismo nivel que las que reciben sus colegas varones. No sólo por la importancia desmesurada que se le da a su aspecto, todo ese parloteo sobre si son guapas o feas que no suele escucharse sobre los hombres, sino por el tono paternalista y socarrón de burla fácil. Sí, claro que hay ministras metepatas, pero también hay hombres. De hecho, las necedades que sueltan los políticos varones son infinitas y normalmente no se les presta semejante atención. La verdadera igualdad, siempre lo dije, llegará cuando las mujeres podamos ser tan tontas como los hombres sin que resultemos más llamativas.

martes, 17 de junio de 2008

LOS HIJOS COMPARTIDOS

EL PAÍS, TRIBUNA: ÀSSUN PÉREZ AICART 17/06/2008

http://www.elpais.com/articulo /opinion/hijos/compartidos /elpepuopi/20080617elpepiopi_5 /Tes

En el artículo titulado "Los hijos como propiedad", publicado en este diario el 11 de junio pasado, Luisa Castro exponía sus argumentos en contra de la custodia compartida y defendía entre líneas la tesis de que los hijos son y deben seguir siendo por naturaleza propiedad de las madres. Paradójicamente, la señora Castro acusaba a los padres varones que piden la custodia compartida de este afán de apropiación sobre los hijos, echando mano para ello de viejos y polvorientos términos en latín (Pater Familias), aparte del socorrido comodín de la amenaza del retorno del patriarcado.

Su tesis se reduce, en esencia, a una vieja polémica: la dicotomía entre la naturaleza y la ley, o entre la naturaleza y la cultura. Según su opinión, la custodia de los hijos debe ser concedida a la madre pues es una cuestión de respeto a la naturaleza, de manera que la ley no debe ir contra esta naturaleza, sino ser su correlato. Es decir, el Estado no debe imponer la custodia compartida, si no es con el visto bueno de la madre, pues es la ley natural de la madre, figura ésta sí absolutamente necesaria, la que debe prevalecer. Estos planteamientos naturalistas y maternalistas no se sostienen ni desde el punto de vista del derecho contemporáneo, ni desde el punto de vista de la actual psicología evolutiva.
En los Estados democráticos es inconcebible que el derecho de una parte se haga depender de la autorización de la otra parte en litigio, pues en ese caso hay una parte que es a la vez juez y parte. Justo lo que ocurre en nuestro país con la custodia compartida, pues su concesión depende del beneplácito de la madre. Lo que preconizan quienes defienden la custodia compartida sólo con acuerdo es en realidad el derecho de veto de una parte (la madre), es decir, un contraderecho o privilegio basado en la variable del sexo.
Desde el punto de vista de la psicología, los mitos relativos a la necesidad que tiene el menor de la madre como figura de apego prioritaria por naturaleza hace tiempo que están superados por la ciencia. La psicología actual se decanta por los beneficios que tiene para el niño el apego múltiple, con independencia del sexo de los referentes. Es decir, nada más enriquecedor y fomentador de la autonomía personal y del desarrollo psíquico y emocional del menor que la conservación de una pluralidad de referentes primarios que, además, le quieren y le reconocen como ser querido. Y nada más dañino para la autoestima y estabilidad de un niño que el alejamiento forzado e injustificado de uno de sus padres y, en general, de cualquier otro ser querido, pues cuando se rompen los lazos de un menor con su padre también se destruyen los vínculos con toda la familia paterna.
En realidad, las coartadas para justificar el derecho del progenitor custodio a trasladar al menor geográficamente a donde le plazca no son más que malas coartadas. ¿Cómo puede ser bueno para un menor apartarle de sus seres queridos, de su entorno de referencia estable, de su universo relacional ya definido? Es una aberración defender, bajo pretexto de una presupuesta inocencia sobreprotectora de la madre, que el niño necesita ser llevado a una burbuja totalmente controlada por esta última, lejos de la perniciosa influencia del padre, siempre sospechoso, cómo no, de impulsos de dominación irreductibles y primordiales.
El niño no necesita el control exclusivo de la madre. Ni del padre. El niño necesita la participación de los dos en su crianza, en su cuidado y en el roce cotidiano. Porque como decía la copla, sin roce no hay cariño. Y eso es lo que más obsesiona a algunas recelosas madres, como la tristemente famosa letrada María Dolores Martín Pozo, presunta inductora del asesinato de su ex marido Miguel Ángel Salgado; mujeres que no quieren compartir con ningún igual el cariño del ser amado, el amor de los hijos, por cuya escritura de propiedad exclusiva se afanan en batallar por todos los medios a su alcance y desde los más altos castillos.
Los niños no son una propiedad, y no se pueden partir, como sí se puede partir una casa, cuyo valor material no obstante tampoco se parte, porque va en el mismo lote que la propiedad materna de los hijos. Claro que los hijos no se pueden partir, pero sí se pueden y se deben compartir. Tal vez todos deberíamos empezar a conjugar el verbo compartir, pues es nuestra obligación con nuestros hijos e hijas. Y en caso de no aprender a conjugar el verbo por nosotros mismos, entonces el Estado debería poner a cada uno en su sitio e imponer el derecho allí donde todavía no ha llegado. Precisamente para que haya más familias felices, porque como decía Tolstói, las familias felices no tienen historia, y hoy por hoy en nuestro país hay demasiadas familias y demasiados niños que arrastran una tortuosa historia.

Firman este artículo Àssun Pérez Aicart, coordinadora de la Plataforma Feminista por la Custodia Compartida, y Fernando Basanta Ortega, vicepresidente de la Confederación Estatal de Madres y Padres Separados.

sábado, 14 de junio de 2008

LA MENSTRUACIÓN DE LOS NIÑOS DE PADRES SEPARADOS

La verdad.es: http://www.laverdad.es/alicante/prensa/20080613/opinion/menstruacion-ninos-padres-separados-20080613.html

Diario de Mallorca, 11-06-2008


Permítanme la licencia y metáfora, pero la relación de la mayoría de hijos de padres separados de éste país, con sus padres varones, no es más que una menstruación, por escasa, sangrante y dolorosa.A pesar de que la Ley de Divorcio no propone en ningún caso la custodia monoparental femenina, ésta es la resolución más habitual. El por qué es tan ilógico como ancestral. Acogiéndonos a lo que España había sido en el último siglo resulta que en materia de divorcio las custodias se siguen otorgando a la madre como si ésta fuera la madre de la posguerra. La Ley deja claro que la custodia puede ser monoparental o compartida y que ello debe de ser decidido por ambos cónyuges. La realidad es bien diferente. Casi la totalidad de mujeres se niegan a compartir custodia pues ello les exigiría un ejercicio responsable de maternidad y madurez que no les exige la custodia monoparental al verse con la vida resuelta hasta que el niño se independice.Pero quiero hablar de esos niños. Son privados, contraviniendo la misma Ley de Divorcio, de su derecho a relacionarse con normalidad con su papá. Ven a su papá cuatro días al mes, el mismo periodo que dura una menstruación normal, y los que son "afortunados" gozan de alguna hora entre semana, que jamás pasa de las 10 horas semanales.Ahora que tan moda están las palabras igualdad y justicia... ¿no sería lógico en un ejercicio de madurez, otorgar el estricto significado de dichas palabras a nuestra cotidianidad? ¿Por qué las feministas dicen reclamar igualdad pero no quieren compartir la custodia de los hijos por ejemplo? Eso no es igualdad. No nos confundamos pues, y no nos dejemos engañar por argumentos encubridores de realidades sangrantes. Los niños son utilizados por rentables. Garantizan casa, pensión, coche, trastero y plaza de garaje. Y ellas, como no quieren ser iguales sino superiores, no bajarán voluntariamente del pedestal que se han creado. Es responsabilidad pues del Legislador velar por los derechos del menor ya que sus mamás no lo hacen y sus papás están siendo despojados de los derechos para hacerlo.

CRISTINA TENAS ROSELL, miembro de la Plataforma Feminista por la Custodia Compartida.

lunes, 9 de junio de 2008

«No comparto la ley de violencia de género, ya que establece discriminación por sexo y parentesco»

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008060800_35_644416__Gijon-comparto-violencia-genero-establece-discriminacion-sexo-parentesco

Rosa María Álvarez comenzó a ejercer como fiscal a sus 25 años en Bilbao. Posteriormente se trasladó a Oviedo, donde fue nombrada delegada de extranjería y encargada de delitos económicos. Durante los próximos cinco años será la primera fiscal jefe de área de Gijón.

- ¿Está de acuerdo con la resolucion del Tribunal Constitucional sobre la Ley de la Violencia de Género?
-Está claro que soy una luchadora en el campo de la mujer pero, aunque la acato, no comparto la visión del Constitucional sobre esta ley, porque establece una discriminación en base al sexo y al parentesco. Me explico, cuando, como resultado de una agresión, se producen lesiones que requieren una única asistencia médica, el hecho es una falta (una infracción menor castigada con una pena leve). Pero, si esa misma lesión se causa a un familiar o a la pareja, se castiga como delito con pena de cárcel y de alejamiento. Otra desigualdad es que, si una pareja tiene una pelea y se agreden mutuamente y se causan el mismo tipo de lesiones, el varón tendrá una pena más grave que la mujer y eso no me parece adecuado. Si por ejemplo interviene una amiga, y el hombre agrede igual a la amiga que a su pareja, la agresión a la amiga es una falta y los golpes a la pareja constituyen un delito. Esta ley tiene como objeto proteger a la familia y a la pareja. Eso sí, en la legislación ha habido cosas positivas como el apoyo a las mujeres maltratadas. Pero, que a igual acción y a igual resultado, la respuesta punitiva de la ley sea diferente, no lo veo justo. También en muchos supuestos la ley responde de manera demasiado dura. Llegan a ser delito cosas difíciles de probar como un simple empujón y eso puede dar lugar a denuncias no muy reales y en otros casos que las mismas mujeres se arrepienten de denunciar cuando son conscientes de las consecuencias penales, entre ellas el alejamiento obligatorio entre la pareja y la pena de prisión para el culpable. No se dan cuenta cuando denuncian que la maquinaria de la Justicia se pone en marcha ya no se puede parar.
-En algunos procesos da la impresión de que el fiscal se encuentra demasiado solo...
-La mayoría de casos en los que no hay acusación particular el fiscal está solo. Nuestro sistema judicial propicia, en algunas ocasiones, esa soledad. El proceso penal se pone en marcha con una denuncia y luego, aunque el perjudicado se arrepienta o pierda el interés, el fiscal tiene la obligación de sostener la acción penal como ministerio público y garante de la Ley. En materia de violencia de género, por ejemplo, sería bueno establecer un sistema dispositivo de manera que, si la mujer no quiere presentar cargos, se pueda archivar la denuncia. Pero, personalmente, creo que la soledad de verdad es la que tiene que sufrir el juez que tiene que decidir.

lunes, 2 de junio de 2008

EMPAR MOLINER. LA LECHE. El País, 02-06-08

http://www.elpais.com/articulo/cataluna/leche/elpepiespcat/20080602elpcat_4/Tes

En la zona infantil del supermercado me encuentro un bote de leche hidratante para bebés de la acreditada marca Nenuco, que me subyuga. Y no sólo porque huela bien. Es porque en la etiqueta leo esta frase: "Desarrolla el vínculo mamá-bebé".

"Caramba", me digo presta. "Si hay algo que yo quiero en esta vida es desarrollar el vínculo mamá-bebé". De manera que me llevo todas las existencias del estante (nunca se sabe si van a retirarla del mercado mañana, es mejor acaparar) y, ya en casa, me dispongo a fortalecer el vínculo. Preparo un vaso con dos cubitos y le tiro un chorro del producto en cuestión. Aunque, por suerte, una duda me asalta (porque ya se sabe que las dudas asaltan, igual que las invitaciones se declinan). "Un momento", me digo esta vez. "¿He leído la etiqueta? Tal vez para fortalecer el vínculo no hay que ingerir esta leche hidratante, ya que es de uso externo. No es conveniente que fortalezca el vínculo mamá-bebé bebiéndome esta leche a no ser que desee hacerlo a título póstumo por mi parte y de manera unilateral por la otra".

Leo las instrucciones, pues, y me entero de que el vínculo mamá-bebé se fortalecerá si aplico un masaje con esta leche a mi amado bebé en cuestión. Pero entonces otra duda me asalta. Si alguien más aplica el masaje al bebé, ¿fortalecerá el vínculo con él? No, porque de ser así, en el envase lo indicaría. Por ejemplo, pondría: "Fortalece el vínculo masajista-bebé". Y, del mismo modo, aunque yo me aplique un masaje a mí misma con la crema que tan bien huele, no fortaleceré el vínculo conmigo misma. La leche hidratante no es que tenga propiedades mágicas. Es que fortalece el vínculo mamá-bebé porque entre la madre y el bebé, cuando ésta le aplica el masaje (o masajito, por decirlo en el lenguaje correcto al hablar de estas cuestiones) se está produciendo un acto de amor. Pero entonces me asalta una tercera duda.

Los de la empresa de la leche hidratante, que admiro sin reservas, ¿habrán hecho la versión masculina de la leche? Es decir: tendrán un envase de color azul (este es rosa) en el que se lea: "Fortalece el vínculo papá-bebé". El padre de hoy en día también aplica masajes (masajitos) al bebé. Pero no existe, lo que me hace pensar que los fabricantes han pecado de sexismo.

Por eso, propongo un negocio a los de la empresa de la leche hidratante cuyas existencias estoy agotando. Hacer distintas versiones del producto, una para cada necesidad. Es decir: habría la leche de envase azul que diría: "Fortalece el vínculo papá-bebé". Luego, estaría la verde, que diría: "Fortalece el vínculo padre separado-bebé", para los padres que no tienen la custodia compartida y sólo ven al crío una vez cada 15 días. Para ellos, esta leche es un producto de primera necesidad. La comprarían a carretones. Luego habría otra que estaría destinada a ese tipo de parejas que Ana Botella considera una suma de peras con manzanas.

En el envase se leería: "Fortalece el vínculo de dos mamás-bebé", entendiéndose que serviría indistintamente para una u otra madre. Luego tendríamos la gama de color marrón. En esta se leería: "Fortalece el vínculo madrastra-hijo de una anterior relación de la actual pareja", y serviría para las mujeres que se han casado con un señor que ya tiene hijos de un anterior matrimonio. Unos hijos que no siempre aceptan las nuevas parejas de sus padres con alegría.

Eso sí, si los hijos son adolescentes y la madrastra está buena, tal vez debería practicar el masaje (o masajito) con algún observador al lado, no sea que el vínculo que se debe fortalecer rompa una familia recién constituida. Y si la cosa prospera, hasta podemos hacer una gama más deportiva. La haríamos de dos colores, azul y grana, por ejemplo, y en la etiqueta se leería: "Fortalece el vínculo presidente-jugador". Se la podríamos regalar a Joan Laporta para se la aplicase a un jugador tan importante como Giovanni. De este modo, los rumores de que va a venderlo serían una falsedad. Desde luego, yo misma me ofrezco para rodar los anuncios de televisión con mi productora. Y por el dinero no se preocupen. Seguro que nos pondremos de acuerdo.